Tal como fue reclamado a fines de septiembre por la situación en el abastecimiento de combustible para el transporte, preocupa el faltante del vital insumo.
Transcurrido el tiempo, el panorama se agravó en la provisión de diésel, y se extendió a los usuarios particulares por el faltante de nafta.
De tal forma, y tal como ya lo hiciera oportunamente, la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC), expresó su preocupación.
Para ello, cursó una nota a la Secretaría de Energía de la Nación, solicitando a las autoridades, arbitrar medidas urgentes para revertir esta situación.
Aunque la crisis no es uniforme, con diferente intensidad y según la zona geográfica del país, las dificultades para repostar combustible se han incrementado significativamente.
Estos problemas se registran en los cupos para la carga y demoras, falta de acceso a gasoil tipo 2 y limitaciones en los medios de pago.
Dado que el 94% de las mercaderías que se comercializan en nuestro extenso país circula a través del transporte terrestre, el faltante preocupa.
De tal forma, la acuciante situación afecta la productividad y rentabilidad de una actividad estratégica como el transporte, repercutiendo también en la economía toda.
El origen del problema es multicausal según las autoridades, por la disparidad de precios (ver nota), pero también por un mayor consumo del agro.
Desde la Secretaría de Energía se anunció que se autorizó la importación de 10 buques de combustible, los cuales ayudaran a paliar la situación.
Por lo pronto, la crisis todavía no está resuelta y sus efectos son altamente perjudiciales para una actividad que sufre el constante aumento de costos.
Es de esperar que la situación pronto se normalice, el faltante de combustible no sea el paso previo a un fuerte aumento de su costo.