Con la llegada de una Hilux a la Antártida, comienza una prueba extrema que conjuga un estudio científico y una oportunidad de desarrollo para Toyota.
Esta será la sexta Toyota Hilux en llegar al Continente Blanco para prestar servicio de transporte y equipamiento en la Base Antártica Petrel.
La llegada de la pick-up es fruto de la cooperación entre Toyota Argentina y el Comando Conjunto Antártico, y servirá en la construcción de una nueva estación científica.
El viaje de Hilux comenzó en la planta de Toyota en Zárate, donde fue acondicionada por el equipo de Ingeniería de la compañía.
Desde allí fue trasladada en camión hasta el puerto de la Ciudad de Buenos Aires, donde embarcó en el buque ARA Canal de Beagle.
A su llegada a Tierra del Fuego, la Hilux fue embarcada en el rompehielos ARA Almirante Irizar, que abastece a todas las bases argentinas de la Antártida.
Casi un mes después, la Hilux fue descendida del rompehielos para completar el último trayecto hasta el muelle de Petrel en un pontón de carga.
Apenas tocó suelo, la pick-up de Toyota fue recibida con un caluroso aplauso de los habitantes de la isla Dundee, sede de la base.
La Base Petrel se ubica al norte de la península antártica y permite el acceso aéreo y como marítimo.
Allí, se está construyendo una pista de aterrizaje, un muelle de 1.500 metros y una nueva casa modular para la nueva estación científica.
De este modo, se abre una nueva “puerta de entrada” a la Antártida Argentina, junto a las históricas bases Marambio y Esperanza.
Prueba extrema y desarrollo
En Zárate, la Hilux recibió la instalación de sensores que servirán para evaluar el comportamiento de diferentes autopartes y materiales en condiciones extremas.
Para Toyota, las condiciones climáticas extremas de la Antártida presentan una oportunidad de investigación única para el diseño y desarrollo de nuevos vehículos y autopartes.
La Hilux GR-Sport II enviada a Petrel recibió seis sensores que transmiten información en tiempo real información de vital importancia.
Estos sensores miden la variabilidad térmica en distintas partes del vehículo y en diferentes condiciones de uso, en una prueba extrema.
“Lo que buscamos es entender cómo varía la temperatura en distintas piezas claves del vehículo”, señaló Luciano Giribone, gerente de Diseño de ingeniería de Toyota.
“Luego, replicamos esas condiciones en ensayos de ciclado térmico, para mejorar el diseño en base al uso real en las condiciones más extremas de nuestra región”, agregó.
La Hilux GR-Sport II enviada a Petrel está equipada con un motor naftero V6 4.0 de 24v, siendo la primera pick-up antártica en disponer ese motor.
Esta característica también significa una oportunidad de prueba para desarrollos futuros. La Hilux también recibió cubiertas especiales para enfrentar la hostilidad de los terrenos antárticos.
Desde hace 22 años, Toyota Argentina colabora con las Fuerzas Armadas en la misión de mantener su presencia en este territorio difícil y majestuoso.
Actualmente, las bases Marambio y Belgrano también cuentan con Hilux para tareas logísticas, carga, patrullaje de antenas, búsqueda y rescate, correspondencia y apoyo a las operaciones aéreas.
Las extensas estadías de las Hilux en la Antártida han servido para corroborar la calidad, durabilidad y confiabilidad de la icónica pick-up de Toyota.
Al mismo tiempo, permitió obtener información clave para el diseño automotor del presente y el futuro, una tarea constante de Toyota.