Marcopolo presentó el primer prototipo de su minicrobús Volare Attack sin conductor, el primer transporte de pasajeros autónomo de Sudamérica.
El prototipo lleva el nombre de Volare Attack 8 y es un diseño y desarrollo realizado en colaboración con la firma Lume Robotics.
Las pruebas de Volare Attack 8 comenzaron en diciembre de 2022 y, por el momento, culminaron con una prueba en un ambiente operativo real.
La misma se realizó en marzo de este año, en la compañía siderúrgica Arcelor Mittal Tubarão, que fue seleccionada por Marcopolo como cliente-socio probador.
Con capacidad para 21 pasajeros, el prototipo recibió el apoyo financiero de la Apoyo a la Investigación y la Innovación de Espíritu Santo.
Esta unidad cuenta con un avanzado sistema robótico para circular de forma autónoma en situaciones específicas, como los circuitos cerrados de baja velocidad.
La tecnología autónoma con la que cuenta el Volare sin conductor se podria aplicar a cualquiera de los buses de Marcopolo con transmisión automática.
Sin embargo, Marcopolo eligió el Volare Attack 8 por sus versatils características, capacidad de transportes y su lugar en el mercado.
Todo el hardware y el software está integrado al vehículo y no requieren conexión a Internet, lo que refuerza la ciberseguridad del prototipo.
En él se han instalado módulos de control eléctricos y neumáticos para controlar la dirección, frenos, acelerador y cambio.
También, dispone de una computadora de procesamiento de datos y un conjunto de sensores -compuesto por cuatro LiDAR (Detección y Medición de Distancias por Luz).
Los mismos están instalados en los laterales delantero y trasero del Volare que, además cuenta con una cámara, una unidad de medición inercial (IMU) y un GPS.
Todo ello permite que el Volare sin conductor “observe” el entorno circundante, como la velocidad, el estado de los cambios, el nivel de combustible y posibles fallas.
Volare Attack sin conductor y mucha tecnología
Resultado de dos años de estudios, el proyecto integró el modelo Volare Attack 8 para operar de forma completamente autónoma, sin necesidad de intervención ni monitorización remota.
La tecnología del Volare sin conductor permite programar su operación para trabajar en el rango óptimo de eficiencia.
Esto significa una reducción en el consumo de combustible y también en la emisión de contaminantes, con un alto nivel de seguridad y comodidad.
En su desarrollo también participaron socios como Curtis-Wright, para la instalación del selector eléctrico de cambio, y Soha, una startup especializada en Internet de las Cosas.
Esto último posibilitó desarrollar sensores para monitorear en tiempo real la ocupación de los asientos y el uso del cinturón de seguridad.
Todavía quedan aspectos por desarrollar, tanto en la experiencia de uso de vehículos y la percepción de la seguridad de los pasajeros.
También, Marcoplo se propone seguir las pruebas, especialmente en lo que hace a la conexión e interacción del microbús con el ambiente externo.